En defensa de El Pachá
>> 8 de marzo de 2018
Tuve que hacerlo rápido. Tenía que prepararme para defender a
un comunicador que se lo estaban
comiendo vivo. Mientras me entregaba a exhaustivos exámenes y pruebas hasta en
horas de la madrugada, ante Consejos de catedráticos y grandes pensadores de
las más ilustres Academias solo pensaba en las estrategias a emplear para
defender a mi cliente.
No me gradué con honores. Tuvieron que bajar las puntuaciones
para llegar a la meta. Ahora al despertar, recuerdo que apenas alcance un
promedio final de 36. Me dejaron porque les expliqué la urgencia que me apremiaba.
Tuvieron piedad los viejos maestros y al término de 63 días, ya estaba con el papel que me
acreditaba como defensor.
El expediente era largo y con muchos calificativos. De nuevo
debía enfrentarme al sobrecalentamiento del cerebrito.
Es un cliente de saco y corbata. Muy “famoso” y fantamoso a
la vez.
No se entiende –al menos muchos no queremos entender – como es
que cosas así se mantienen en trabajo en los medios de comunicación.
Con lentes fuertes de aumento y un puro en el lado izquierdo
de mi boca inicié la lectura de las acusaciones:
“Loco, irrespetuoso, ridículo, pasao, sucio, freco, bendito
loco, maldito loco, mierda, come mierda, habla mierda, estúpido, pájaro, gran
vaina, asqueroso…”
Aprendí a pasar el cigarro de un lado a otro de la boca, Del
izquierdo al derecho y viceversa.
Continuaban las acusaciones: “baboso-molondrón, busca sonido,
miserable, loco-loco, mete droga, reguero de babas, manicomio, vergüenza del
micrófono, vira lata, sinvergüenza, falta de tornillo, mediocre, bocina pagada…”
Anotaba en un cuaderno cada estrategia a emplear durante el
juicio ante tantas acusaciones injustas.
Trataba de buscar un capítulo entero de los Códigos, para
rebatir con altura y fina diplomacia cada acusación.
Le decían de todo…si lo agarran lo linchan…”cerdo,
chantajista, pseudo comunicador, pachanga, fresco-rastrero-callejero, basura
grande, boca sucia, rata, deslenguado, atrevido charlatán…”
Alcanzamos a llenar 23 cuadernos con cada una de las
artimañas, e interrupciones del juicio en caso de necesidad… “vagabundo,
mariconazo, besa hombre, sucio, descabellado, descortés, asqueante, sin
educación…”
Luego de no mucho pensar, llegamos a la conclusión de que El
Pachá se merece todos esos calificativos al cuadrado!
¿Lecciones aprendidas? Que buena parte de nuestra sociedad
sabe, conoce y califica de manera objetiva el trabajo de cada quien a su paso
por los diferentes medios de comunicación.
Que buena parte de esa sociedad en la que nos desenvolvemos,
valora y etiqueta lo que recibe desde los medios.
Que buena parte del empresariado a sabiendas o no, es
culpable del estercolero que podemos presentar desde los medios.
¡Qué lástima comunicador, que no hayas podido defenderle!
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