¿Por qué conviene ser corrupto y serlo en grande?
>> 23 de julio de 2018
“El hombre justo siempre recibe menos que el injusto… si acuerdan un
negocio entre si, el injusto siempre le saca ventaja…el justo siempre
paga más impuestos que el injusto, pero este último recibe más
beneficios del Estado que el primero…cuando el justo ocupa un cargo
público, sus negocios privados se ven afectados porque no les presta
atención, y sus familiares y amigos lo repudian por no favorecerlos con
las ventajas de su posición, mientras que el injusto experimenta todo lo
contrario” (343d-e)
El párrafo anterior pareciera reflejar el sentir de muchos
dominicanos que a menudo comparan las desventajas de ser honrado (tonto)
con la suerte que goza el habilidoso. Sin embargo, el pasaje cita a la
respuesta que le diera Trasímaco a Sócrates, recogida en “La República”,
de Platón, libro escrito hace más de 2,300 años.
Trasímaco continua y dice a Sócrates que no solo conviene robar,
sino que hay que robar en grande. Los que son atrapados cometiendo
delitos menores son castigados duramente, mientras que los que roban
grandes sumas y se burlan del pueblo son llamados ‘bendecidos’ (344a-c).
Es como si Trasímaco vaticinara la prisión preventiva de un mes emitida en contra de Barba Pie,
el nacional haitiano acusado de sustraer siete (7) libras de yuca el
pasado año y la comparara con los ‘no ha lugar’ y los ‘archivos
definitivos’ con los que la justicia dominicana ha favorecido a
múltiples políticos que han amasado inmensas fortunas.
Y es que la política dominicana es evidencia de que el fin justifica
los medios, esa vieja idea que brota a todo lo largo de “El Príncipe”
de Maquiavelo (1513). Basta atender los resultados de la encuesta
Gallup-Hoy que indica que aunque el “89 % de los dominicanos califica
como muy alarmantes los niveles de corrupción existentes,” el “60 %
estiman que a la hora de votar a la gente no le importa nada que los
candidatos sean corruptos” (Gallup-Hoy 2017).
Si de Platón a Maquiavelo y de este a la Gallup-Hoy las palabras de
Trasímaco resuenan con la misma veracidad que hace más de dos mil años,
entonces, ¿conviene ser corrupto? La respuesta parece ser afirmativa,
siempre y cuando se ha de serlo a lo grande.
Por: Marcial Pineda (Investigador
predoctoral en Ciencias Políticas, Western Michigan University, EE.UU. |
Licenciado en Derecho, egresado de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo)
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