Si el periodismo no confronta el poder, no es periodismo, dice Jorge Ramos
>> 7 de octubre de 2019
‘Estamos obligados a tomar partido’ en ‘discriminación, racismo,
corrupción, mentiras públicas, derechos humanos y dictadores’, subrayó
EFE.- El
periodista mexicano Jorge Ramos, cuyo noticiero en Univisión tiene dos
millones de audiencia, afirmó este lunes que 'un periodismo que no
confronta el poder no es periodismo' y aseveró que las redes sociales es
lo que van a salvar de la extinción a los periodistas.
'Si un
periodista está del otro lado del poder, es que está bien', afirmó Ramos
durante una conferencia en la última jornada de la 75 Asamblea General
de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) con el título de
'Periodismo o cómo evitar ser un dinosaurio'.
Los comunicadores se 'equivocan' cuando creen que basta con contar la verdad de lo que ocurre, afirmó.
'Estamos
obligados a tomar partido' en 'discriminación, racismo, corrupción,
mentiras públicas, derechos humanos y dictadores', subrayó el periodista
mexicano de 61 años para defender que no siempre se debe adoptar una
postura neutral.
Ramos defendió que el periodismo va a
desaparecer si no se tienen en cuenta tres aspectos: verdad, actitud
ante el poder y tecnología, y opinó que en diez años los periodistas
asistentes a la reunión de la SIP solo podrán encontrarse en las redes
sociales.
'Yo no tendría trabajo en televisión si no tuviera presencia en las redes', subrayó.
Tras sostener en una rueda de prensa una pelea verbal con el entonces candidato presidencial Donald Trump por sus insultos a los mexicanos y su política migratoria, Ramos volvió a saltar a la actualidad informativa cuando este año fue retenido en el Palacio de Miraflores en Caracas y le confiscaron sus equipos.
La razón fue que al presidente Nicolás Maduro no le gustaron sus preguntas y se levantó de la entrevista.
Asistentes a la conferencia le invitaron a ir a Nicaragua y a Bolivia para entrevistar a Daniel Ortega y a Evo Morales, a lo que él respondió diciendo que son los periodistas de esos dos países los que deberían confrontarlos, porque ese es el 'trabajo' de un periodista: cuestionar al poder.
Y ese cuestionamiento debe hacerse con hechos, datos y comentarios, dijo.
Ramos proyectó fragmentos de los vídeos de su enfrentamiento con Trump y con Maduro, antes de contar cómo se prepara para sus entrevistas.
Según dijo, siempre llega a las entrevistas pensando que si no hace la pregunta que debe hacer nadie la hará y asumiendo que no volverá a hablarse nunca más con el entrevistado.
Tras sostener en una rueda de prensa una pelea verbal con el entonces candidato presidencial Donald Trump por sus insultos a los mexicanos y su política migratoria, Ramos volvió a saltar a la actualidad informativa cuando este año fue retenido en el Palacio de Miraflores en Caracas y le confiscaron sus equipos.
La razón fue que al presidente Nicolás Maduro no le gustaron sus preguntas y se levantó de la entrevista.
Asistentes a la conferencia le invitaron a ir a Nicaragua y a Bolivia para entrevistar a Daniel Ortega y a Evo Morales, a lo que él respondió diciendo que son los periodistas de esos dos países los que deberían confrontarlos, porque ese es el 'trabajo' de un periodista: cuestionar al poder.
Y ese cuestionamiento debe hacerse con hechos, datos y comentarios, dijo.
Ramos proyectó fragmentos de los vídeos de su enfrentamiento con Trump y con Maduro, antes de contar cómo se prepara para sus entrevistas.
Según dijo, siempre llega a las entrevistas pensando que si no hace la pregunta que debe hacer nadie la hará y asumiendo que no volverá a hablarse nunca más con el entrevistado.
'Desde
la primera pregunta hay que fijar el patrón de la entrevista', teniendo
en cuenta que 'lo que nos corresponde como periodistas es confrontar al
poder.
Debemos ser un 'contrapoder', señaló varias veces a lo
largo de la conferencia, en la que también dijo que la gente sigue a un
periodista es porque le cree, por lo que el apego a la verdad es
igualmente importante.
A pesar de que Trump es, dijo,
'increíblemente mentiroso' y ha hecho comentarios racistas y sexistas
'terribles', EE. UU. sigue siendo un país donde a un periodista como él,
que cuestiona en poder, se va a su casa 'pensando que no le va a pasar
nada'.
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