Médidas drásticas es clave para "GANAR TIEMPO" contra el Coronavirus
>> 13 de marzo de 2020
Es uno de los mensajes más claros y didácticos que circulan estas horas
por el mundo. Fue escrito por una de las investigadoras de mayor
prestigio de Europa y quien desde su posición de viróloga e inmunóloga brinda especificaciones imperdibles para hacer frente a la actualidad de la pandemia por el coronavirus sin caer en pánico.
Margarita del Val -de ella se trata- forma parte del plantel de científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, de la capital española, y su texto fue recogido y publicado en la web de la Universidad Complutense de Madrid. “Margarita
es una investigadora de prestigio en inmunología y virología y una de
las personas que más y mejor divulga la biomedicina en España”, es
la presentación que hace aquel centro de estudios de la brillante
profesional. Y su misiva es una pieza para que sea leída -sobre todo-
por los jóvenes, tal como ella lo especifica.
"Hola,
Soy viróloga e inmunóloga, pero no epidemióloga.
A mi juicio, la clave para entenderlo es pasar del nivel de individuo al nivel de epidemia, que la que la sufre es la sociedad.
Entiendo vuestro asombro porque estoy de acuerdo en que no se dice por qué se toman estas medidas tan inhabituales, y, de verdad, no entiendo por qué no se dice. En breve, para quien no quiera leer más: se
toman estas medidas no solo para protegernos a cada uno de nosotros,
sino especialmente para proteger a los vulnerables y especialmente a los
que nos curan, para que los sanitarios no se saturen
ni enfermen en masa y puedan curarnos a todos. Entiendo también que no
se quiera alarmar a la población para que no acudan innecesariamente al
médico. Aun así, como vosotros, echo de menos una explicación de las
medidas drásticas.
Algunos puntos para entenderlo, en mi humilde opinión:
Primero,
la mortalidad parece ser algo superior que la de la gripe, pero el
grupo más vulnerable es parecido y hablar como de gripe no es alejarse
mucho de lo que es. La gripe, por cierto, no es tan
banal como nos creemos. Cada año mueren 6.300 españoles de gripe. Muchos
más que por accidentes de tráfico. Hay que tener especial atención con
gente con patologías previas de varios tipos y con gente de mayor edad:
la mortalidad en China aproximadamente se duplica con cada década
(buscad datos exactos si queréis), llegando al 14,8 % para los mayores
de 80 años.
Así que a nivel individual no hay que sobrepreocuparse. Si
tenemos síntomas por los que por gripe no iríamos al médico ni al
teléfono, y si no somos contacto de un infectado o hemos viajado a
lugares de riesgo, solo tenemos que leernos las instrucciones de Sanidad, quedarnos tranquilos, y no saturar los centros médicos por el miedo.
PERO: (y no quiero alarmar) a nivel colectivo hay varias diferencias que justifican este cuidado, estas cuarentenas, este impacto social y económico.
Es lo que es el contenido completo de la palabra epidemia: que el
impacto es a nivel colectivo, de sociedad, no solo individual.
Es un virus nuevo y la ciencia sabe muy poco de él. Y por tanto puede predecir muy poco. Pero hacemos bien los científicos en afanarnos e intentar entender todo lo posible
No tenemos ni un antiviral ni una vacuna, mientras que frente a la gripe tenemos vacunas, mejorables, pero tenemos.
Ni sabemos si toda la ciencia logrará producir vacunas; es posible,
pero hasta que no las tengamos, no sabemos. Tenemos vacunas frente a
pocas enfermedades infecciosas, no olvidéis que hay infecciones que se
resisten a pesar de esfuerzos científicos mundiales tremendos, como HIV o
dengue, malaria o tuberculosis, y muchas más.
Es
bastante más contagioso que la gripe, entre otras cosas quizás porque
mal que bien contra la gripe tenemos algo de inmunidad pasada, pero frente a este virus estamos totalmente inermes, naive.
De gripe se enferma (o sea, con síntomas como para ir al médico) un 1% de la población cada año en la temporada de invierno. Lo que quiere decir que a lo mejor no sabemos lo que es una gripe en nuestra vida
-puede que no nos toque más de una en 100 años- a no confundir una
buena gripe con otras infecciones más leves con síntomas muy parecidos. Y
se hospitalizan cada año unos 30.000.
De
coronavirus nos podemos infectar, teóricamente y sin cuarentenas ni
barreras, un 100% de la población en unos pocos meses, en el peor de los
casos. Bueno, solo un 20-25% tendrán síntomas, en el peor de los casos.
El
1% de gripe anual en invierno es lo que absorbe el sistema sanitario,
que llega en esos meses a sus niveles máximos de saturación.
No
podemos permitirnos la libre circulación del coronavirus porque
enfermaría (grave o crítico) a un 17% de la población (datos de China
actuales), número de pacientes que es inabsorbible por el sistema
sanitario.
Por
tanto hacen falta cuarentenas, trazado de contactos, y cualquier medida
que logre reducir la velocidad a la que, lentamente, nos iremos
contagiando casi todos. Hay que ganar todo el tiempo posible para que la infección de todos tarde ojalá que 100 años. Hay que ganar tiempo para que haya una vacuna o un tratamiento. Hay
que ganar tiempo a ver si hay suerte y se atenúa en verano. O
desaparece, como el SARS con medidas de contención parecidas a las
actuales. Hay que ganar tiempo para que haya un antiviral. Hay que ganar tiempo a ver si vivo más y no me muero precozmente.
Pero, sobre todo, hace falta que nuestro sistema sanitario no colapse.
Porque es una enfermedad que, con asistencia sanitaria, es mucho menos
dañina y mucho menos mortal que sin ella: oxígeno, hidratación,
antipiréticos, antiinflamatorios, antibióticos si se complica, soporte
vital... - lo saben los médicos para las demás neumonías, pero quizás
este virus tiene patologías y secuelas propias. En China, en la “zona cero” la mortalidad ha sido entre 8 y 30 veces mayor que en otras provincias de China:
“Asked why [in] Wuhan [the fatality ratio] was so much higher than the
national level, the National Health Commission of China official replied
that it was for lack of resources” (Cuando se le preguntó por qué [en]
Wuhan [la tasa de mortalidad] era mucho más alta que el nivel nacional,
el funcionario de la Comisión Nacional de Salud de China respondió que
era por falta de recursos) (reunión NHCC y OMS, Feb 20, 2020).
Porque
hay que frenar la epidemia, está protocolizado que los sanitarios se
pongan en cuarentena cuando han estado expuestos sin saberlo y sin
protegerse a un enfermo. Esto se hace ya para neumonías, sarampión, por ejemplo, y también ahora para coronavirus. Si
ellos se infectan, aunque sea levemente, y se tienen que poner en
cuarentena, para evitar contagiar a su vez a pacientes muy vulnerables,
van bajando los recursos humanos sanitarios.
Porque
hay que frenar la epidemia, está protocolizado que los enfermos sean
aislados, en hospital o en casa según la gravedad y según los recursos
disponibles. Pero de esta manera, con las medidas necesarias de
aislamiento, no podrán ni siquiera atendernos si llega a enfermar el 1%
de la población en unos meses, si llega a ser el nivel habitual que
alcanza la gripe en invierno, ni si llega a ser un año de gripe duro. Lombardía ha
llegado este fin de semana pasado del día internacional de la mujer a
niveles cercanos a la emergencia sanitaria con unos 350 casos por millón
de habitantes, muy lejos del 1% (que son 10.000 casos por millón). Por
eso ha sido necesaria la adopción de medidas drásticas de circulación de
las personas. Y la Sanidad italiana es la quinta del mundo, con la española la tercera, con todas sus deficiencias y sus grandezas que conocemos, En Hubei han
llegado a un máximo de 1.200 casos/millón. Por eso han tenido que
construir 16 hospitales en pocos días y reclutar a decenas de miles de
sanitarios de otras provincias.
Hay
que frenar la epidemia porque la observación de Italia, de España, nos
muestra que cada semana o diez días se multiplica el número de casos por
10. Haced números a corto plazo, estimad cómo
llegamos tan solo a fin de mes si seguimos reticentes a adoptar o seguir
las medidas recomendadas.
Por
eso hay que respetar todas las medidas de contención, de cuarentena, de
aislamiento que nos recomienden las autoridades sanitarias.
Porque aún haciéndolo, y estando más preparados que nunca en la
historia para combatir una pandemia, estamos también más globalizados
que nunca para expandir y potenciar una pandemia.
Por eso, además de seguir a rajatabla todas las medidas recomendadas, hay que tener sensatez y autolimitarse los contactos. Porque lo que está en cuestión no es solo si me infecto yo o no, sino sobre todo si yo puedo infectar o no a otras personas, justo lo contrario. Recordad, es una epidemia.
Por eso, cancelar congresos de sanitarios. Por eso, evitar viajes
innecesarios y en los que estemos expuestos y exponiendo a mucha gente
de orígenes diversos. Por eso, evitar multitudes y reuniones grandes. Por
eso, cuando te cierran la empresa porque hay un caso de coronavirus en
tu departamento, no hay que irse a tomar una copa o a visitar a tu madre
o a hacer la compra en un momentito: te envían a casa no para
protegerte a ti, que estás fuertote, joven y sano, sino para que no seas
un vehículo de contagio que podría llevar a la muerte a personas mas
vulnerables en un par de saltos de contagio, e incluso a ti si inopinadamente sufres una apendicitis y no te pueden curar.
Por no hablar de si pasa lo mismo en unas semanas en países con menos recursos.
Ojala
que en un futuro se convierta tan solo en una enfermedad estacional
como la gripe y las múltiples infecciones respiratorias que sufrimos
regularmente. Pero para llegar a ello tenemos que pasar por la oleada de la epidemia. Y tiene que ser lo más lentamente posible. Hay que ganar tiempo,
cualquier retraso en la diseminación del virus y la extensión de la
epidemia es importante. Sí, es posible hacerlo y los retrasos están en
las manos de todos (nunca mejor dicho, lávatelas) incluso con medidas
sencillas,
Además de un intento de explicación, esto es una llamada a la sensatez y a la responsabilidad,
una vez que tenemos los datos, los pocos datos que conocemos de este
virus. La responsabilidad no es solo no sentir pánico, que también, sino
pensar en los demás, que suelen ser, siempre, los más cercanos.
Bueno, esta es mi opinión. Un saludo".
La carta de Del Val
se ha expandido por la comunidad científica internacional y varios
colegas la han compartido en sus redes sociales remarcando la
importancia de que sean los grupos más jóvenes quienes tomen consciencia
sobre la importancia del aislamiento y los cuidados.
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