Evangélicos y candidaturas políticas
>> 18 de junio de 2020
Si el liderazgo
religioso evangélico nacional fuera más crítico e inteligente, si no sirvieran
algunos a intereses corruptos y oscuros, si algunos llamados líderes no
pensaran en sí mismos y realmente buscaran y trabajaran por el bien común,
tuvieran en sus filas, Directores de Distritos municipales, Concejales, Alcaldes,
Diputados y hasta Senadores.
¿Cuál es la matrícula o cantidad de iglesias o congregaciones
que existen en nuestro país?
¿Cuál es el total o listado de miembros activos con que
cuentan los Concilios de diferentes confesiones religiosas en República
Dominicana?
¿Es confiable el liderazgo que incursiona en el vasto campo
de la política partidista?
¿Confiables, en el sentido de no “vender las ovejas” para única
y exclusivamente sacar provecho personal?
Qué bueno que con el paso del tiempo, se rompen tabúes y
mitos. Y aquello de que “no somos de este mundo” por lo tanto no “les interesa
lo de este mundo” y como que la “política es del diablo”…ha ido quedando de
lado.
Aunque con cierta ojeriza de “los viejos líderes”, una oleada
de profesionales que militan en las diferentes iglesias optan por incursionar
tímida o abiertamente –con todo cuanto implica- en la política partidista.
Son muchos los que en esta y otras campañas electorales, han
dado a conocer sus aspiraciones sobre todo, a la posición de Diputado, sin que
se tenga conocimiento a ciencia cierta si son de hecho, miembros activos de
determinado partido.
Muchos de ellos se dejan embaucar por viejos zorros de la
política partidista, que solo ven la cantidad de gente que hay en determinada
iglesia o movimiento evangélico.
Le pintan “pajaritos en el aire”, hacen más magia que
Mandrake y Merlin juntos, con tal de ganarse el apoyo de toda esa gente.
Entonces vienen las dádivas, los cheques, el empleo a algún
hijo o familiar…y hasta el altar de los templos se los facilitan para hablar a
la congregación, en su afán burdo y desmedido por alcanzar una posición
electoral.
Cuando cuentan los votos, se quedan absortos. Ni sus familias
han votado por ellos. La realidad les da en la cara pero no aprenden. Quizás
por sus altos niveles de inocencia…o porque la misma corrupción en la que
incurren, los hace ser flexibles y ciegos.
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